Comprá por Mercado Pago EL PRÍNCIPE DE LA VILLA
Cuando en 1982 apareció O príncipe da vila, Cyro Martins (1908-1995) tenía una larga y consolidada trayectoria como narrador. Casi medio siglo atrás se había dado a conocer con un libro de cuentos, Campo fora (1934)1 ; en ese dilatado lapso había desarrollado una obra que le dio un sitio de prestigio en la denominada novela brasileña de los años treinta 2, sobre todo por su trilogía integrada por Sem rumo (1937), Porteira fechada (1944) y Estrada nova (1954). Con estos textos aportó una vuelta de tuerca sobre el asendereado habitante de la llanura, el personaje típico y mítico o, en mayor o menor escala, mitificado por los discursos estatales de la comarca rioplatense. Si bien, como ya ha sido señalado, es cierto que en estas historias consigue despojar al gaucho del sentido aurático que tenía en su "provincia" y en los países vecinos, si es verdad que de "centauro das pampas" lo transforma en "gaúcho a pé" -esto es, en paisano, en criollo nada heroico, como serían los personajes de Mario Arregui-, la literatura de Martins aún siguió ligada a ciertos dispositivos más o menos usuales en la narrativa posgauchesca de la región 3. En esos relatos, en particular en los más juveniles, hay una voluntad expresa de observar al hombre en su medio, casi podría decirse -al igual que en el Zavala Muniz de Crónica de un crimen (1926)- en apreciar al sujeto como resultado de su medio: la frontera uruguayo-brasileña. Esa suerte de variable sociológica se ahondará en libros sucesivos, ahora pulsando la nota política, en relación con el alzamiento federalista de 1893 o la "Revolución de 1923" y sus repiques en el medio rural.
CATEGORÍAS: NOVELAS - DRAMA
EDITORIAL: BANDA ORIENTAL
AÑO: 1998 (1982)